El arte de la mediocridad
Se celebran los fracasos de los demás porque sirven para callar los propios.
La labor no consiste tanto en prosperar, más bien evitar que los demás prosperen.
Y una vez alcanzado ese puesto de alta responsabilidad, todo resultará más fácil, ya solo sería crear un equipo formado por personas que nunca te harían sombra.
Y en la cima del éxito, si algo no funciona, si todo colapsa, lo normal es creer que esto ha sucedido presimente porque te han quitado de ese cargo.
Por lo que persistiras en la memoria de los demas a partir del "desmadrito" que se produce debido a tu ausencia.