"Bicycle! Bicycle! I want to ride my bicycle, I want to ride my bike"
En este recorrido vemos a gente que también va a las citas del domingo, que son solo 10 km y tienen un ambiente más familiar (y en horarios decentes). Nos viene a saludar el señor que solo habla con mujeres, allí está el atleta de alto rendimiento que solo tiene una pierna pero en la otra se le forman como 10 músculos en el chamorro al pedalear, y también está el cholito con su bicicleta improvisada que, aunque lleva el garrero, parece ir más rápido que yo.
Una amiga me pregunta por qué no traigo una falda o pantalón; parece que mis leggins están algo traslúcidos y se nota que el calzón es de otro color. Ahora veo por qué la fascinación de este nuevo personaje del grupo, que con insistencia me invita a su casa, me pide agua de mi mochila y me asegura que nos hemos dado un beso indirecto.
Después de un bajón de azúcar, una llanta ponchada, primero auxilios, pero ejercicio saludable, llego alrededor de la 1 a.m. a mi casa, asegurando que ya solo iré a los paseos de los domingos. Como es la época hipster, nos espera un recorrido, pero con outfit tweed.
Qué bonito año aquel 2013.
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