martes, 2 de diciembre de 2025

Atrapados en Miguel Aleman

Todos los claxons estan diciendo ¡apúrale, muévete! Y sin embargo, todos estamos atrapados en el mismo lugar, todos con el mismo deseo de avanzar pero incapaces de hacerlo, porque nadie en su sano juicio puede pensar que de verdad su pitido sera el que cambie las cosas y consiga por fin avanzar y acabar con el tráfico. Ese pitido es el síntoma de que negamos nuestras limitaciones. Es un sonido de ira por el hecho de que quien pita no puedo obligar al mundo a que se mueva tan rápido como le gustaría. 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Chio against the machine

“Fuck you! I won’t do what you tell me.
Madafakaaaaaaaaaaaa!”

Moría de hambre, así que fui feliz al ver la máquina expendedora. Luego un poco menos feliz cuando vi que tenía casi nada: como seis productos diferentes, pero entre lo rescatable unos Doritos. Ya tenía mis monedas y billetes listos… pero las monedas no las aceptaba y los billetes, a menos que estuvieran perfectos, tampoco. Me dejó con una sola opción.

Afortunadamente, pensé, la “moderna” máquina acepta tarjetas de credito, débito, Apple Pay, NFC, QR codi, criptomonedas, retina scan, hasta la pulsera del festival del año pasado con saldo olvidado, entre otros.
Y fracasé.
Peleé unos 5 minutos con ella.

“¿Cómo es posible si la chica antes de mí sí sacó su snack?”
Lo peor: la estúpida máquina me hablaba en voz alta, frente a todos.

“Intente otra vez. No se realizó el cobro.”
Repitió en cada intento.

A lado mío, unos viejitos batallando con un celular que no dejaba de sonar, sin saber cómo contestarlo. El ringtone de Telcel a todo volumen "la maravilla de esa boca..." una y otra vez, el Uber preguntándoles su ubicación y ellos los más perdidos… se entiende, son viejitos.
Pero ¿esta humillación para mí? Yo, tan joven, tan millennial. Tan supuestamente tecnológica.

Obvio pude ir al Oxxo, pero eso habría confirmado mi derrota y no quería la doble humillación. Con hambre pero muy digna!

Testify, vending machine. Testify.

sábado, 22 de noviembre de 2025

Mr Don Sheva

Tener un perro viejito es darnos cuenta de nuestra finitud, de que no son los años que acumulamos, sino momentos.
A Sheva le dolían sus huesitos y en sus últimos dias se volvía cada vez una responsabilidad mayor, a lo que tuvimos que ajustar nuestra vida alrededor de sus necesidades. 
Y yo que siempre he huido de las responsabilidades veo que tenía que aplazar cosas, nada de salidas improvisadas, cambiar planes, y no voy a mentir, cuesta abrazar esa etapa, porque aunque Sheva llenaba de amor, también nos limitaba, nos daba ternura, pero nos obligaba a frenar, nos daba su compañía pero nos recordaba que pronto se iría. 
Con el tiempo acepte esa realidad, hoy es realidad. Y esta bien, estuvo bien que mi vida estuvo anclada a él, que su amor me hizo hacer una pausa y que implicara cambiar mi normal vida diaria, porque al final Sheva viejito me enseñó que el presente es lo único que podemos habitar. Y en este presente ya no esta y me debo adaptar una vez mas.

martes, 11 de noviembre de 2025

Una distancia prudente

 Contigo a la distancia, amado mio, estoy.

Pienso en ti a todo momento. Me pregunto qué programa de TV estarás viendo mientras yo hago lo mismo. Me imagino nuestras interesantísimas pláticas cuando por fin nos veamos, todo gracias a este tiempo que hemos pasado lejos.

Me gustas así, con esta distancia prudente: dejando espacio para crear emoción y tensión, pero lo suficientemente lejos para no decepcionarnos, ni cansarnos, ni volvernos parte de una rutina.

Me ilusionan las horas de trabajo, los viajes, las pausas; todo lo que me acerca a ti sin romper la fantasía. Me das suficiente motivo para salir de casa o arreglarme un poco mas.

Y aun con esa distancia, sé que cuando nos necesitemos, sabremos estar cerca.

Nuestra relación, la que sea, contigo, con ellos, con todos, es perfecta a esta distancia. No la malgastemos intentando convertirla en costumbre.
Mejor sigamos siendo el verso de aquella canción que no podemos recordar.

La emoción no está en tenerte cerca, sino en imaginar que pronto volveré a verte.

Esa persona eres tu, y tu,y tu, y todas esas que he querido sin poseer.

lunes, 10 de noviembre de 2025

Ocupadamente vacía

Saludar al vecino, acostarse a una hora. Trabajar cada día, para vivir en la vida. Y contestar solo aquello y sentir solo esto. Y que Dios nos ampare de malos pensamientos...

Durante mi vida laboral siempre he tratado de ganar, y de ganar más dinero. Escalando la montaña, cual Sísifo, cuando creo haber alcanzado mi tranquilidad y satisfecho todas mis necesidades, aparecen otras nuevas y descubro otros estilos de vida a los cuales aspirar. Y, como Sísifo, vuelvo a estar a faldas de la montaña, porque resulta que no pude tener más que mi vecino. Justo cuando estaba a punto de alcanzarlo, apareció otro, uno distinto, más exitoso, más productivo, y ya estoy intentando ponerme a su nivel.
¿Y cómo lo lograré? Pues trabajando más, obviamente. Estando ocupada todo el tiempo, porque claro: a más ocupación, más prestigio, más estatus.

Lo absurdo es que siempre creí que ser rico significaba no tener que trabajar tanto. Y a veces me pregunto: ¿no habrá algo más en la vida que ganar dinero y gastarlo?

jueves, 25 de septiembre de 2025

Vergüenza Vaginal

Tan misteriosa es la vulva: oculta, escondida de todo el mundo, tan hacia adentro. Es suelo fértil para la más poderosa de todas las emociones… LA VERGÜENZA.

Chio, una señora con altos grados de vergüenza a pesar de sus 40. A su edad ya lo tenía todo: perimenopausia, una serie de fracasos laborales, ansiedad y depresión; una mezcla de baja autoestima e indignación.

Un día llegó el periodo, ese que ya se presentaba cuando se le daba la gana, y también la picazón… y el chuchi se sentía irritado, inflamado y dijo: “Hazme un favor: ráscame como boleto de lotería y te haré sentir que ganas un millón de dólares. Si pudieras agacharte y sacarme los ojos, te lo agradecería mucho…” Se asustó la Chio, pero decidió no buscar por internet porque las razones podían ser muchas ETS y muchos cánceres. “¿Puedes rascarme hasta arrancarme la piel?” insistía tanto.

La ayuda tenía que llegar ya, y no es como que vas al súper y hay un pasillo para vulvas… bueno, sí: la higiene femenina, con mil productos para que el chuchi huela a lavanda. “¿Por qué así debe oler, no?” ,“¡No me importa el olor! Solo te diré dos palabras: ¡lijadora industrial! ¡O voy a dispararme en la puta cara!” y la pobre Chio atacó a sus propios genitales trastornados… ¡una vergüenza!

Y ahi estaba, sin amigas para que la ayudaran en su agonía, y para colmo seguía atrapada en síntomas menstruales, como si algo por dentro la estuviera apuñalando.

Apuesto a que creen que con los años se acaba la vergüenza vulvar. ¡Están equivocados! La vergüenza se adapta y se vuelve más fuerte que nunca.

lunes, 1 de septiembre de 2025

La mujer incompleta

"Yo perreo sola"

Mi tía la Cuca fue mi primer ejemplo de lo que significa ser una mujer independiente. Desde niña observaba todos sus movimientos con admiración: cómo manejaba su trocona perrona y viajaba de aquí para allá con toda seguridad, cómo hablaba sin titubeos. Era súper culta y no se le conocía novio alguno (o novia), pero le cantaba al amor con harta pasión.

Y, sin embargo, flotaba sobre ella un aire de lástima. Alguna vez escuché murmullos descalificadores a su alrededor: “pobre, no tiene hijos”, “pobre, está sola”. Como si ella, con todo su intelecto y singularidad, no fuese suficiente.

A mí, la tía Cuca me parecía lo máximo, la mujer más cool del planeta. No entendía por qué los demás hablaban de ella en esos términos. ¿Por qué querían despojarla de su plenitud solo porque no había seguido el guion preestablecido? Su vida, para mí, era una celebración de la autonomía. No entendía por qué la gente la veía como inadecuada.

Y es que se nos enseña desde muy pequeñas que no estamos completas y que necesitamos de un otro. Que somos el complemento de una ecuación ajena donde primero somos la hija de, luego la novia o esposa de, y después la madre de.

Pero ella me enseñó siempre a buscar algo más que un hombre con el que mi nombre sonara bien junto a su apellido —diría la Karol G, como si fuera una victoria—. Me enseñó que todo debe ser cuestionado y que, siendo tan independiente como ella lo fue, con dinero, con trabajo, yo iba a tener opciones. Y que una mujer con opciones tiene poder.

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