jueves, 25 de febrero de 2016

Out of sight, out of mind... We are out of time

Adolescentes, ese es el título de la canción de Incubus arriba mencionada… y de eso se trata esta historia de unos adolescentes (léase mejor teens)
Y todo salió de control porque era mucho alcohol, porque era puente, porque había actitud… ¿el resultado? Llegar a casa a las “frescas” 8 am con una cruda que duró dos días y con un moretón que después de un gran intento por recordar se vino el vago recuerdo de una caída… mejor no lo hubiera recordado.
La reunión tuvo su buen motivo, un cumpleaños, y todo empezó temprano y tranquilo, aunque siempre con mucha actitud porque ya se tenía planeado preparar a los presentes un súper trago irlandés (mala idea) unos deliciosos Irish Car Bomb (es aquí cuando se reflexiona que no siempre se aprende de las experiencias, ni aun que sean malas) pero antes a jugar uno, compartir experiencias, risas, odiarse los unos a los otros por tirar esa horrible carta donde se tienen que comer 4 o porque se tira esa carta con el color que se no se tiene una y otra vez justo cuando queda una sola para terminar. Rosalía, la verdad, nunca estuvo ni un poco cerca de ganar y lo único que ganó fue un delicioso (ni tanto) y embriagante shot de whiskey cuando ya llevaba 3 vodkas y esa fue la gota que derramo el vaso a partir de eso solo hay recuerdos esporádicos de lo que paso…
Rosalía se enojó porque no había suficiente Guinness para preparar el Irish Car Bomb y reclamo a los encargados de comprar la cerveza pues ella ya había comprado el Baileys, como sea se resolvió el problema, preparo el trago y pa’ dentro! La audiencia se mostró conforme con el trago, pero argumentaron que estaba muy fuerte y para seguir con el ritmo embriagante que los shots habían dejado más la emoción de los juegos de mesa, comenzó la ronda de cubilete y mucho mucho se perdió y mucho mucho se volvió a beber y ahí comenzaron las lagunas mentales… Llega el cumpleaños de Alejandra y empiezan los abrazos… laguna mental… llego Luisa… laguna mental… Rosalía puso música para bailar (reggaetón obviamente) y pese a las advertencias de Yayo sobre el piso mojado, las ignoro y cayó al suelo, el alcohol como aliado “amortiguo” el golpe y si no fue así, Rosalía no lo sintió, se levantó con la cabeza en alto y se dispuso a seguir bailando donde el piso estuviera seco… laguna mental… Se arma el bailongo, Luisa baila con Yayo, Rosalía con Mauro… Laguna mental… se le propone un trio sexual al más joven del grupo el cual está de acuerdo (¿quién no?) lo que el joven Oscar no estaba seguro era que si el trio propuesto por Alejandra y Rosalía era verdadero (Alejandra y Rosalía jugaban con la mente del teen) sin embargo el plan es saboteado por una sesión de fotos (no sexuales)… laguna mental… Luisa ya no está… Laguna mental… Mauro pide de favor a Rosalía (en estado no conveniente) que lo lleve a comprar hielos y cigarros, durante el camino se hacen amigos, hablan de sus vidas y luego regresan sanos y salvos al lugar de la fiesta con las provisiones… Perdida del conocimiento.
El día después de lo que fue “la fiesta de año” (hasta ahora), estaba airoso, frio y no se podía estar por mucho tiempo afuera, horrible día, tan horrible como la resaca, resaca que parecía tener la duración de una eternidad.
La historia no tiene moraleja ¿Cuál podría ser? No beban hasta perder el conocimiento… mmm no eso no funciona, porque, aunque juremos mil veces que jamás volverá a pasar, después de sobrevivir a la horrible cruda moral y física, descubres que estuviste compartiendo excelentes momentos (a pesar de las lagunas mentales) y que si se repite será igual o más genial. La moraleja quizá es... Esta bien salir de la línea de vez en cuando.
*Esta historia es real, sin embargo, algunos nombres han sido cambiados para proteger la identidad de sus verdaderos protagonistas.

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