viernes, 18 de septiembre de 2020

¡TENEMOS UN 3312!

I'm too hot... hot damn! call the police and the fireman.

La otra vez fui a Smart, con mi tapabocas y desinfectada. A diferencia de otros súperes, en este, había un termómetro pegado en una de las puertas. Toda pretenciosa, queria mostrar mi "indiscutible" educación sobre el tema de que los rayos infrarrojos del termómetro NO te leen la mente, asi que con seguridad acerque mi frente para la toma de lectura. Una alarma se activó ya que el dispositivo marcaba 37.7 de temperatura. Detuve el tráfico de gente, la alarma duro como 3 minutos, que para mí fue como una hora, y se puso en evidencia que estaba bien infectada del coronabicho. Le explique al guardia que quizá era porque mi carro estaba muy caliente, aun asi, acepte el no poder entrar al establecimiento. Pero luego me dice -intentélo otra vez, es que se toma del brazo- y pues ya, al tomar de nuevo la lectura en otra área de mi cuerpo, mi temperatura fue de 34 grados y asi pude ingresar. Ahora tenía hipotermia, nada importante comparado con el COVID... y bueno, con la evidente falta de calibración del termómetro. 


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