En mis malas rachas lo pierdo todo. Se me cae las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. A veces, cuando el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.
Rola clásica noventera.
ResponderEliminarTe comprendo, también me ha pasado lo que describes.