Cierto día, harta del greñero (más harta de lo normal) decidí ir al salón de belleza. Como es costumbre, la Rocío nunca habla, y es que nunca se de qué hablar o si será interesante mi plática, así que dejo que ellos me pregunten y de ahí fluyen las conversaciones.
Al terminar el trabajo me pregunta la estilista, muy random, si me gusta mucho el vino....
- pueeees... Si, maso ¿Por....?
- pues por tu tatuaje (una ranita triste frente a una copa vacía)
- ahhh! No es por eso, en realidad a mi me gusta todo el alcohol jejeje 😅
- ahhhhh... 👀
**Silencio**
¿Será que la estilista chihuahuita me habrá juzgado de vieja borracha?
Rocío no eres Bukowski, solo una borrachilla más.
Pues el tatuaje está chido.
ResponderEliminar