Saludar al vecino, acostarse a una hora. Trabajar cada día, para vivir en la vida. Y contestar solo aquello y sentir solo esto. Y que Dios nos ampare de malos pensamientos...
Durante mi vida laboral siempre he tratado de ganar, y de ganar más dinero. Escalando la montaña, cual Sísifo, cuando creo haber alcanzado mi tranquilidad y satisfecho todas mis necesidades, aparecen otras nuevas y descubro otros estilos de vida a los cuales aspirar. Y, como Sísifo, vuelvo a estar a faldas de la montaña, porque resulta que no pude tener más que mi vecino. Justo cuando estaba a punto de alcanzarlo, apareció otro, uno distinto, más exitoso, más productivo, y ya estoy intentando ponerme a su nivel.
¿Y cómo lo lograré? Pues trabajando más, obviamente. Estando ocupada todo el tiempo, porque claro: a más ocupación, más prestigio, más estatus.
Lo absurdo es que siempre creí que ser rico significaba no tener que trabajar tanto. Y a veces me pregunto: ¿no habrá algo más en la vida que ganar dinero y gastarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario